Saga: Sí.
Libro: 3/5
Autora: Sylvia Day
Género: Romántico Erótico
Editorial: Espasa
Páginas: 432
ISBN: 9788467034912
Sinopsis: El oscuro y exquisito placer de la posesión... «Gideon Cross apareció en mi vida como un rayo en la oscuridad… Era guapo y brillante, imprevisible y sensual. Me atraía como nadie ni nada lo había hecho nunca». Sexy, adictiva y seductora, la tercera entrega de la serie Crossfire consolida su gran éxito internacional y se devora con avidez. Con más de tres millones de lectores, Sylvia Day es una de las autoras más leídas del momento.
Opinión: El tercero de la saga Crosffire y no el último y quizás esto ha sido el determinante para que este tercer libro que, se supone que iba a ser el decisivo, haya pasado a ser una mera prolongación del segundo. Debo resaltar que pese a que me encanta como escribe Sylvia Day y que no por ello ha dejado de hacerlo en esta entrega, ésta precisamente, no me haya gustado nada.
Resulta que una se encuentra leyéndolo y parece como si hubieran pasado meses desde que Eva acude al apartamento de Gideon tras hablar con la policía y descubrir “el pastel de su “simulado” ex-novio”. Supuestamente hacen las paces pero no es así, porque cuando se “reencuentran” en esta tercera parte una no sabe si están o no están listos para continuar la relación y de pronto, aún sin saber ni ellos mismos si están seguros de pasar al siguiente escalón y el más importante en su relación, dan el paso decisivo. Eso sí, queda claro que ella no está para nada conforme pero con todo y con eso sigue adelante… No entiendo nada el despiste al que quiere llevarnos esta escritora con tal de alargar la historia. Luego otro tema que no ha encajado para nada bien en la tercera entrega es el “pasteleo” que se tienen los dos protagonistas…
No ha habido un paso intermedio entre el segundo libro y este para dar cabida a ese “cielo” y ese “campeón” que se intercambian constantemente y que más que una muestra de cariño parece una cata de miel de mil flores de las más empalagosas, que desde mi punto de vista, está fuera de lugar, y no por ello no quiero decir que en la intimidad de su relación ante tanto sexo, no tenga porqué no haber palabras cariñosas, para nada, incluso debo admitir que sí que es cierto que leda cierto aire más “real” cuando es así, pero que como digo no quedan bien sin haber habido un paso previo, ese “acercamiento” que podría justificar ese intercambio de “dulces palabras”. Los personajes no maduran nada, más bien han retrocedido. Eva parece que ha madurado y lo único que hace es condenarse a estar con él cuando sabe que no está ni la mitad de preparada, pero como desempeña ese papel admite el hecho de que Gideon desaparezca durante días y no contacte con ella como hacía antes y que en aquel entonces movía Roma con Santiago para hacerle saber su disconformidad y consecuente enfado.
Ahora sin embargo, le da igual, lo admite como “un paso en la relación”, y no es así. Gideon, de pronto se muestra la persona más insegura de los dos, cuando era él el que llevaba el gran peso de la relación haciendo destacar su seguridad. En definitiva, creo que lo que podría haber sido un broche de oro para esta trilogía, ha quedado en un pésimo libro con una historia sin pies ni cabeza y que no enseña absolutamente nada nuevo. Se salva que la autora tiene muy buena narrativa y que, pese a que la historia no vale nada, es capaz de hacerte leer hasta el final. Está claro que no me queda otra que recomendarlo leer si quieres saber cómo acaba la historia, pero ten en cuenta que si lo haces vas a estar como si este libro no hubiera existido… Salvo por un pequeño detalle que tampoco se ha querido dar mucho bombo, puesto que los protagonistas lo han querido dejar en secreto y que sospecho que se desarrollará en el siguiente volumen…. O no… ;D
MARISA
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